Seis décadas de la Fiesta Nacional de la Avicultura
Rememorando aquel acontecimiento, teníamos todavía el aislamiento territorial enmarcado en nuestros dos ríos, ya que el túnel subfluvial se inauguró recién en 1969, sin rutas pavimentadas, que se estaban comenzando. Por tanto, las peripecias para salir con la producción avícola eran cotidianas. Las balsas para cruzar el río Paraná solo salían cuando había buen tiempo o no había alguna huelga de trabajadores, tampoco salía cuando había mucha neblina o se cruzaba alguna avería en los motores de la nave.
Podían pasar días hasta que se retomaba el cruce, los camiones con las cargas de huevos permanecían estacionados en espera. Las peligrosas rutas a Buenos Aires hacían que cada viaje durase toda una noche de marcha, en verano, para evitar el sol que afectaba a la frágil y perecedera carga.
A pesar de todo aquello, la producción avícola continuaba creciendo, por lo cual considerábamos merecido el título de Capital Nacional de la Avicultura, cuando en 1964 un grupo de pioneros nos lanzamos a concretar un hecho histórico que marcaría un antes y un después para la economía de nuestra región y de la provincia.
La espectacular fiesta con la presencia del presidente de la Nación Dr., Arturo Illia y el Vice Dr. Carlos H. Perette (entrerriano), con elección de la Reina Nacional y la actuación de los más destacados artistas del momento, generaron una publicidad increíble para nuestra ciudad, ignota población del interior profundo.
De allí en adelante el avance tecnológico, genético, nutricional, control sanitario, fueron surgiendo como por arte de magia. Aparecieron laboratorios, profesionales en nutrición animal, médicos veterinarios, etcétera. La construcción de tinglados con modernas instalaciones generaba una demanda inusitada de mano de obra que Crespo no abastecía, demandando personas provenientes de localidades vecinas.
En esta apretada síntesis considero estar en condiciones de recomendarles que no abandonen nunca la realización de nuestra fiesta, como símbolo del principal promotor, en su época, de la actual prosperidad, motivo de admiración de propios y extraños.
Por Mario Wagner.
Integrante de la Comisión 1964, organizadora de la 1ª fiesta con carácter nacional.