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Electrificación Rural
A 50 años de la llegada de la electrificación rural

A 50 años de la llegada de la electrificación rural

Los comienzos de la electrificación rural en la región de la mano de una cooperativa. El recorrido y desenlace para que La Agrícola Regional cumpla una de sus grandes metas, cambiando para siempre el curso de la producción, el desarrollo y la vida misma de nuestra zona.

La llegada de la electrificación rural a la provincia de Entre Ríos y a nuestra zona, a través del impulso invaluable de las cooperativas, ha sido considerado como un hito crucial y significativo en el desarrollo económico y social de toda la región. Su aparición, marcando un antes y un después en la productividad, le dio un empuje clave a sectores que son pilares de crecimiento, y que estaban limitados severamente en oportunidades de desarrollo y modernización, como son la agricultura, la ganadería y la industria avícola.
Las cooperativas eléctricas y el movimiento cooperativo en general, resumido en gestiones, decisiones y esfuerzos conjuntos, jugaron un papel vital en este proceso. Convirtiéndose en actores fundamentales en su implementación. Su naturaleza democrática y su enfoque puesto en el bienestar comunitario, comprometidas con las necesidades y aspiraciones de las comunidades a las que servían, las convirtieron en agentes ideales para este sueño se pueda desarrollar.

Los comienzos
El caso de la Cooperativa de Servicios Públicos Quebracho Ltda.

Los comienzos en la zona y una parte inicial también para la provincia fue el trabajo desarrollado por la Cooperativa Quebracho Ltda. Una de las primeras cooperativas eléctricas fundadas en el país. Nos apoyamos en una entrevista fructífera realizada al ingeniero Nobel Babboni y al productor Aldo Herrera. Hombres determinantes en el comienzo de la electrificación rural en la zona.
Transcurría el año 1969, y el ingeniero Nobel Babboni, representante por entonces de la Agencia de Extensión del INTA, mantiene una charla con el señor Aldo Herrera, Presidente del Consejo Asesor del INTA y productor de Quebracho, zona rural de la ciudad de Viale. “Herrera me plantea a modo de reflexión: “¿Por qué la población urbana de Viale, María Grande, Tabossi, entre otros pueblos, tienen luz eléctrica y la gente del campo, que abastece a esas poblaciones, no tenemos? ¿Cuál es la limitante? ¿Se podrá electrificar el campo?, me preguntó. Le respondí sinceramente que no tenía idea pero que llevaría su inquietud al Director de Energía de la Provincia, el ingeniero Ruedas. Quien, al ser consultado por este tema, lo elevó al subsecretario de Obras y Servicios Públicos, ingeniero Mario Pedro Osella y este último llevó la discusión a la Dirección Nacional de Energía. Allí se enteraron de que el Gobierno Nacional otorgaba financiación para que las cooperativas puedan desarrollar el tendido, a partir de un crédito a 33 años del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los funcionarios nacionales demostraron demarcado interés en la propuesta y viajaron a la localidad de Viale a los pocos días. Así fue como nació La Cooperativa Quebracho, en tiempo récord, para poder comenzar con obras vinculadas a la electrificación rural en su zona de influencia, teniendo acceso a ese crédito. “En 30 días teníamos hasta la personería jurídica de la cooperativa”, señaló Aldo Herrera.

La idea y la acción fue replicada por diferentes localidades cercanas a Quebracho. Así, se fundaron más cooperativas que sumaron líneas de extensión eléctrica a sus usuarios rurales.

Se abre el debate en el seno de La Agrícola Regional
El tema central de la electrificación rural en La Agrícola Regional también comenzó a resonar a finales de la década del ’60, bajo la presidencia de Roberto Weiss. En enero de 1969 se iniciaron las tratativas con el gobierno provincial para que la Cooperativa fuera el centro de operaciones del Plan de Electrificación Rural, el cual se inscribía en un plan nacional ya existente, que estaba ya en marcha sobre la base del sistema cooperativo.
En la edición Nº 42 de Periódico LAR, del 21 de febrero de 1969, quedó registrado que en enero de ese año, el Consejo de Administración recibió la visita del subsecretario de Servicios Públicos, ingeniero Mario Pedro Osella; del director provincial de Energía, ingeniero Jorge Luis Ruedas; y del intendente municipal de Crespo, señor Antonio V. Seimandi; a quienes acompañaban el intendente municipal de Villa General Ramírez, señor Eloy Elsesser; el gerente de la Cooperativa Agrícola “Unión Regional” de la misma localidad, señor Ángel Savino; el Jefe del Distrito Crespo de Agua y Energía, señor Pedro S. Lía; y el jefe de la Agencia Cooperativa de Extensión Agropecuaria del INTA (Crespo), ingeniero Enrique Mario García. Osella expuso en dicha oportunidad los planes del Gobierno Provincial sobre electrificación rural y los requisitos necesarios para la obtención de los créditos que para tal efecto otorga el Banco de la Nación Argentina, la Dirección General de Energía y el Banco Interamericano de Desarrollo. Destacó que “el plan de electrificación rural ya tiene principio de ejecución en algunos lugares del departamento Paraná, sobre la base del sistema cooperativo, y que en el caso de Crespo las obras deberían encararse con la mediación de La Agrícola Regional, cuya autoridad y prestigio favorecería su realización”.
“Finalizada la visita de los nombrados, que se extendió por espacio de una hora y media, el Consejo de Administración deliberó brevemente al respecto, demostrando mucho interés por la iniciativa, y decidió considerar el asunto con toda amplitud en una próxima sesión, hablándose en principio de convocar una asamblea de socios dada la magnitud de las obras que el Gobierno Provincial propone a esta Cooperativa dirigir y administrar”, señala Periódico LAR en su edición Nº 42, de 1969 .

Subestación de Camps. Vista lateral donde se observa el equipo medidor de la época.

Reuniones zonales para lograr adhesión al servicio
Después de la visita de los funcionarios provinciales, con el objeto de motivar al Consejo de Administración para que promueva el interés de los asociados por la electrificación rural conforme con los planes del gobierno, se realizaron reuniones en aldeas y colonias vecinas a fin de interiorizar a los productores sobre las condiciones del crédito que para dicha obra otorgarían el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco de la Nación Argentina y la Dirección General de Energía. Dentro de estas reuniones, señala Periódico LAR en su edición Nº 43, de marzo de 1969 se destacan los encuentros “llevados a cabo el lunes 10 de marzo en la Escuela Nº33, de Campo Llano, el domingo 23 en la Escuela Nº 57, de Colonia Merou, y en la Escuela Nº32 de Isletas; y el domingo 30 en la Aldea San Miguel, contando con una concurrida asistencia, que recibió la iniciativa en un clima de gran entusiasmo, lo que hace suponer que no habrá de desaprovecharse la oportunidad que se brinda al campo de tecnificarse por medio de la electricidad”, expresa el medio escrito por excelencia de la Cooperativa. En estas reuniones estuvieron presentes el intendente municipal, señor Seimandi, el director provincial de Energía, ingeniero Ruedas; el jefe de la Agencia del INTA, ingeniero García; el jefe del distrito de Agua y Energía señor Lía; y el miembro del Consejo para la Promoción de la Comunidad, señor Carlos Klug. Por parte de LAR, el presidente, señor Roberto Weiss; el vocal, señor Ricardo Rubén Heinze; el gerente señor Juan Federico Schmidt; y el director de Periódico LAR, señor Humberto A. Seri, todos los cuales usaron de la palabra en apoyo de una obra que se considera de gran trascendencia para el desarrollo económico de la zona” señala el medio de comunicación.
El 15 de abril del mismo año se resolvió convocar a Asamblea General Extraordinaria para tratar los puntos siguientes: 1) informe sobre el Plan de Electrificación Rural; 2) consideración y resolución de dicho plan y la forma de llevarlo a cabo; 3) reforma de los Estatutos Sociales.
Dicha asamblea se llevó a cabo el 22 de mayo de 1969, y en ella un grupo de asociados disidentes se opuso a que fuera LAR quien se hiciera cargo del Plan y propuso la formación de una cooperativa independiente con esta finalidad. De esta manera, fracasó la oportunidad de resolver la necesidad que habían manifestado con masiva adhesión los asociados en las reuniones zonales realizadas previamente.

“La Asamblea General Extraordinaria convocada por el Consejo de Administración para informar sobre el Plan de Electrificación Rural y resolver la forma de llevarla a cabo, que debía realizarse el 19 de mayo, fue postergada por decisión de los 112 socios presentes para la segunda fecha prevista, es decir el jueves 22, debido a la lluvia caída en varios lugares donde se suponía que había muchos productores asociados interesados en la obra e impedidos de concurrir. El jueves 22, después de cuatro horas de debatirse el tema específico de la reunión, la asamblea compuesta por 244 socios aprobó por amplia mayoría y solo dos votos en contra la electrificación rural, pero no así que sea LA AGRÍCOLA REGIONAL, quien deba llevarla a cabo. Esta última decisión se definió por 71 votos contra 47, luego de haberse discutido exhaustivamente las razones expresadas por los dos sectores. Predominó así la idea de que la Cooperativa y sus dirigentes ‘no tengan problemas’ con el recargo de tareas que significaría encarar la obra de electrificación rural. Algunos socios manifestaron su oposición a que la Cooperativa realice la obra –no obstante apoyar decididamente la iniciativa– a fin de que ella no exponga su patrimonio ante cualquier falla o imprevisión del plan; y otros recomendaron ser cautos y prudentes.
Periódico LAR, junio de 1969

Pero la llama quedó encendida, especialmente en hombres que cambiaron la historia en nuestra Cooperativa, como fue el caso de Rubén Heinze. Señalado por el ex presidente, Dionisio Folmer, como: “Uno de los hombres claves en el desarrollo de la electrificación. Un visionario para nuestra época. Él fue el que motivó a todos para hacerlo de la mano de La Agrícola Regional. Fue el que convocó nuevamente a Asamblea Extraordinaria después de que en dos ocasiones eso no se pueda hacer. Rubén Heinze soñaba con que sea LAR el que desarrolle la obra. ‘Lo tiene que hacer La Agrícola Regional, si no, quedará en el olvido’, me decía. Junto al gerente, Juan Federico Schmidt y el gerente comercial, Roberto Jacob, fueron hombres determinantes en esta concreción. Ellos nos entusiasmaron a todos, de la mano de Heinze”, señaló Dionisio Folmer.


Así, en 1970 Ricardo Rubén Heinze propuso la moción de que se aprobara la encuesta realizada por Esin Consultora SA, en la que prácticamente el 100% de los encuestados había estado de acuerdo con tomar el servicio de electrificación rural, por lo que sugirió convocar a una nueva Asamblea General Extraordinaria para resolver si había apoyo o no en cuanto a retomar el tema por cuenta de la Cooperativa. La misma se realizó el 20 de mayo de 1971, aprobándose la iniciación de dicha tarea por mayoría de votos de los asociados presentes.


“El logro de la electrificación rural fue un hito muy importante, fue un desafío que requería de mucho trabajo y fuerte riesgo para la Cooperativa. Al final, el presidente y tres o cuatro consejeros, junto al gerente y el subgerente éramos los que estábamos convencidos de que había que hacerlo sí o sí (…). Fue una patriada, una gran obra de progreso y comodidad para la familia campesina. Me siento orgulloso de haber sido uno de los protagonistas más entusiastas, junto con todo el Consejo de Administración de entonces y los gerentes”. Ricardo Rubén Heinze, Periódico LAR, 1970.

A mediados de 1970, ya con Rubén Heinze como presidente, la concreción de este hito histórico comenzó a tomar forma con el decidido impulso que le imprimieron al tema todos los integrantes del Consejo de Administración, el gerente general, Juan Federico Schmidt y el subgerente Pedro Roberto Jacob.
El gerente, Juan Federico Schmidt, expresaba detalladamente en un documento de la época: “Después de una larga lucha para que los socios de La Agrícola Regional que viven en zonas rurales puedan gozar de los beneficios de la electricidad, convencidos de que ellos son tan merecedores como cualquiera de los adelantos técnicos de que se disfruta en las ciudades, está próximo el día en que se conecten las líneas de electrificación rural que actualmente se construyen en una superficie de 70.000 hectáreas. Los beneficios de este nuevo servicio de nuestra Cooperativa alcanzarán a 323 usuarios, incluidas 17 escuelas que están dentro del área de cobertura (…) creemos innecesario hablar de la trascendencia de esta obra, que permitirá la industrialización de las instalaciones agropecuarias y llevará numerosas comodidades al hogar campesino, donde el trabajo debe armonizarse con el progreso”. Juan Federico Schmidt. Memoria y Balance General Ejercicio 1972-1973

El historiador Mario Wagner, lo describe de forma elocuente: “Aquel Consejo de Administración de LAR no esperó que el tren del progreso pasara, lo abordó con coraje y decisión. La oportunidad de superar el éxodo y desarraigo de la gente de campo hacia la ciudad e impulsar el desarrollo agrario, que se iniciaba en el país con la poderosa herramienta de la energía eléctrica, fue asumida con visión de futuro por nuestros dirigentes de entonces”. La electrificación rural había transformado positivamente la vida de la comunidad y contribuyendo al progreso económico y social de la región. Su compromiso con los principios de solidaridad, autonomía y responsabilidad han sido una bisagra para arribar a la concreción de este sueño colectivo.

Mario Wagner, ex colaborador de LAR, periodista e historiador.

A partir de la llegada de la electrificación rural, de la mano de las cooperativas, la zona y la provincia en general comenzaban a intensificar su matriz productiva. Este avance trajo consigo una serie de beneficios significativos para Entre Ríos. En primer lugar, permitió la modernización de las actividades agrícolas, ganaderas e industriales en las zonas rurales, al proporcionar acceso a herramientas y tecnologías eléctricas que aumentaron la eficiencia y la productividad. En el caso específico de las industrias avícolas, la llegada de la electricidad posibilitó la implementación de sistemas de iluminación, calefacción y ventilación adecuados, lo que mejoró las condiciones de cría y contribuyó al crecimiento del sector. “Fue algo con lo que soñamos mucho tiempo. Yo fui campesino y sé lo que significa la energía eléctrica. La electrificación rural era una necesidad para nuestra gente. Y la Cooperativa lo tenía que llevar a cabo para sumar un beneficio para los asociados. Para la avicultura y la producción en general, la electrificación rural ha sido clave. Fue una época donde LAR logró marcar un hito en la historia. Era un momento donde había que tener mucho coraje y templanza para tomar decisiones. Y es gracias a esa gente que siempre estuvo al frente de LAR que se pudo realizar”, señaló Dionisio Folmer.
Además, la electrificación rural también tuvo un impacto positivo en la calidad de vida de los habitantes de las zonas rurales. El acceso a la electricidad permitió la instalación de sistemas de iluminación en los hogares, lo que mejoró las condiciones de vida y seguridad, especialmente durante las horas nocturnas. También facilitó el acceso a servicios básicos como la refrigeración de alimentos, la comunicación y el entretenimiento, lo que contribuyó al bienestar general de la población del campo y evitar el éxodo rural.

Dionisio Folmer fue el presidente del ejercicio 1974- 1975, período donde se desarrolló la obra.

La concreción y los inicios de la obra
El 16 de junio de 1971 se aprobó la creación del Departamento de Electrificación Rural y se produjo la designación de un empleado idóneo. En julio de 1972, ante escribano público, autoridades de la Dirección Nacional de Energía Eléctrica y los oferentes, se procedió a la apertura de sobres de la licitación de la obra de Crespo y resultó ganadora la empresa Caputo SA.
El planteo inicial fue dar comienzo a la obra, en el ejercicio 1973-1974, con una extensión de más de 600 km de líneas, que en principio llevaría la energía eléctrica a más de 350 usuarios. Para las tareas técnicas y de mantenimiento se adquirieron dos vehículos Jeep para la atención de líneas. “Las obras arrancaron bajo mi presidencia, pero hubo cinco años de gestiones previas y arduo trabajo. No es que se hizo todo en unos meses. Llevó tiempo. Todo lo bueno lleva tiempo”, señaló el ex presidente Dionisio Folmer.
“Alcanzar este logro significó un esfuerzo magnánimo. No solo económico sino también dirigencial y humano en general. Tuve suerte de coincidir con hombres con un coraje, vocación de servicio y una solidaridad enorme en el Consejo de Administración LAR de aquel entonces”. Dionisio Folmer

Inversiones de la obra
La Memoria y Balance del Ejercicio 1973-1974 detalla al respecto: “Sin lugar a duda, la electrificación traerá aparejado un adelanto para el hombre de campo, al disponer de la energía durante las 24 horas del día, ya sea para la iluminación, comodidad y fuerza motriz, todo ello necesario para el despegue del sector rural. Para nuestra organización, la realización de esta obra, que comprende más de 600 kilómetros de líneas con 350 usuarios iniciales, ha significado un gran esfuerzo financiero y humano. El desglosamiento de las obras se produce de la siguiente manera: Cómputo Final de Obras por $10.081.999,32; Proyecto de Obra $534.290,05; Dirección Técnica de Obra $124.448,98; dos vehículos para la atención de líneas $91.372,00; Monto total de la Obra con 359 usuarios asciende a $10.832.110,35”, señala el documento presentado a la Asamblea del ejercicio donde se efectuaron los trabajos iniciales.

Las limitantes en los inicios
Pozos a pala y levantamiento de postes a pulso. La epopeya que implicaba hacer el mantenimiento entre el barro, sin comunicación y equipo técnico adecuado.
Oscar Ulrich estuvo más de 30 años al servicio de Electrificación Rural y Urbana. Trabajó al principio en la empresa que ganó la licitación, en el desarrollo de la obra y luego se sumó a LAR, en julio de 1974. Con una memoria prodigiosa, Ulrich relata lo complicado que fueron los comienzos en el sector y las limitantes a nivel técnico, con las que se encontró el desarrollo mismo de la obra. “El obrador estaba en la esquina de Estrada y Soñez, de Crespo, en la ex fábrica de pastas de lo Cittadino. Un galpón inmenso lleno de aisladores, cajones y materiales para trabajar. El 30 y 31 de enero de 1973 comenzamos con la distribución de postes. Cargamos 50 en un camión. La primera distribución fue en Refino. En el barrio de los Grinóvero. Ahí realicé el primer pozo. Se hacían a pala, de dos metros de hondo. El primero de julio de 1974 pasé a ser empleado de LAR, junto a Román, que luego se fue a Enersa. Nosotros éramos los obreros. Brasseur era el jefe técnico. Ingresé en la sección de electrificación, estuve allí hasta el 12 de agosto de 2004, que me jubilé. Más de tres décadas”, remarcó Ulrich.


Las obras se extendieron a otras zonas, “En ese entonces había 300 usuarios conectados. Y fuimos sumando más líneas y extensiones en diferentes lugares, pero con muchas limitaciones. Seguimos por Merou y Racedo. Los pozos llevaban mucho tiempo para poder realizarlos a pala y no contábamos con grúa. La colocación de postes y levantado se hacía a hombro, eso era lo más difícil. Los caminos se hacían intransitables por la lluvia. Era una epopeya poder salir entre esos barriales a hacer mantenimiento. Algunas ocasiones los productores con problemas en sus líneas me venían a buscar en carro y me prestaban caballos para volver. Si llovía mucho los vehículos que teníamos no podían circular. Había que arreglarse de otra forma”, contó el ex empleado del sector.

Oscar Ulrich fue el colaborador que hizo el primer pozo en la distribución incial de postes para el tendido eléctrico.


Elio Vianco, quien fue encargado del sector Electrificación Rural y Urbana desde la década del ’80 hasta su jubilación, en mayo de 2015, aportó también detalles de los comienzos en el área; y lo definió como un “trabajo que se hacía prácticamente en su totalidad de forma manual”.
Vianco ingresó a LAR el 01 de junio de 1971. Trabajó en la planta de silos ubicada donde actualmente está el Corralón. Realizaba la parte de mantenimiento eléctrico. “Cuando a mí me llama Juan Federico Schmidt, en 1974 ya estaba el servicio en marcha. Pero finalmente mi llegada al sector, en dos ocasiones, se retrasaría unos años, ya que en esos momentos se inclinaron por personal externo. Cuando me vuelven a ofrecer ese trabajo, en la década del ’80, me hice cargo del área y del sistema eléctrico en su totalidad. Por entonces, era específicamente rural. Había aproximadamente 300 usuarios en los inicios. El sistema de trabajo era muy primitivo en los comienzos. No había hoyadora, no había grúa. Todo se hacía manualmente, teníamos dos personas para todo el tendido eléctrico y dos vehículos Jeep, uno de ellos con tracción simple”, comentó Vianco.
Sobre los avances y las inversiones para mejorar la calidad del servicio, Vianco recordó: “Años más tarde logramos adquirir una grúa, que la montamos en un camión Ford 600 para poder afrontar los trabajos y una hoyadora. Fue un pequeño avance, pero importante para los operarios que cavaban dos metros de profundidad a pala, cada pozo”.

Elio Vianco, ex encargado del sector Electrificación Rural y Urbana.

Incorporación de localidades zonales al sistema eléctrico de LAR
Cabe remarcar que, avanzados los años ’90, el sector energético nacional sufrió profundas transformaciones a partir de las privatizaciones de generadores y/o distribuidores eléctricos. A la vez, la provincia de Entre Ríos efectuó cambios de importancia en este ámbito, lo cual implicó que nuestra Cooperativa como empresa distribuidora debiera adaptarse a los términos de la Ley del Marco Regulatorio Provincial. Según señala el Libro de los 100 años de LAR, “En esa situación se firmó un nuevo Contrato de Concesión del área rural con el gobierno provincial por el término de 40 años, en el que entre otras cosas se tuvieron que ajustar las tarifas de acuerdo con el Cuadro Tarifario Provincial, las cuales sufrieron una sensible reducción sobre todo en el bloque de los primeros 300 kw/h. y cargos fijos. La supervisión del servicio sería llevada adelante por el Ente Provincial Regulador de la Energía (EPRE). Durante el año 1997 se produjo la privatización de la EPEER y pasó a la empresa EDEERSA. Consecuentemente con este acontecimiento, LAR firmó un nuevo contrato de concesión por 40 años con el gobierno de Entre Ríos. Al mismo tiempo, por disposición del Poder Ejecutivo, se autorizó a las cooperativas rurales a adquirir las instalaciones de las localidades urbanas existentes dentro del área de concesión. De ese modo LAR pasó a prestar el servicio eléctrico en Libertador San Martín, Estación Puiggari, Estación General Racedo y Aldea María Luisa. Esto representó un gran desafío para la Cooperativa, ya que significó una inversión muy importante y la responsabilidad de sumar a los 950 usuarios rurales y 1.915 usuarios urbanos, incluyendo de allí en adelante la atención de industrias, comercios, instituciones públicas; dependencias policiales, centros educativos, de la salud y domicilios residenciales, en el sistema de servicio eléctrico de LAR Coop. Ltda.”.
Elio Vianco agregó sobre este tema que: “Al sector lo termina impulsado, además de los tipos de usuarios, con un consumo importante por su actividad, la incorporación de los servicios urbanos de Libertador San Martín, Racedo y María Luisa. Ya que ahí se incrementó la cantidad de usuarios y el consumo de energía; lo que nos obligó a realizar inversiones”.

Los representantes del Consejo de Administración de 1971. En la foto se observa sentados de izquierda a derecha: Daniel Weiss; Ángel Laferrara; Humberto A. Seri; Rubén Heinze (presidente de LAR año 1971); Juan F. Schmidt (gerente general); Víctor Wagner; Eduardo Mildenberger; y Carlos Klug. Parados de izq. a der.: Juan V. Heinze; Juan C. Caram; Julio Jacob; Jacobo Felhauer; Guillermo Block; y Alejandro Bernhardt Hoffmann.

La actualidad del sector
En nuestros días, el alcance del servicio llega a 7.564 usuarios, en un área que alcanza casi 900 km2, con cobertura en zonas de los departamentos de Paraná, Diamante, Nogoyá y Victoria. Dentro de esta área se encuentran importantes conglomerados urbanos como: Libertador San Martín, Puiggari, Racedo y María Luisa. Asimismo, están enclavados allí importantes emprendimientos industriales y/o comerciales, como frigoríficos, plantas de acopio de cereales y de alimentos balanceados, que son usuarios de nuestra Cooperativa, así como un amplio espectro de clientes rurales con importantes infraestructuras relacionadas con la industria avícola, la agricultura y la ganadería. Esta caracterización de usuarios hace que se conviertan en fuertes consumidores de energía y se alcance una media de 1.000 kW/h. mensuales por usuario. Para llegar con la energía eléctrica a nuestros asociados y clientes, se cuenta con el tendido de 13,6 km de línea en 33kV, 267 km de extensión en 13,2 kV y 585 km en 7,6 kV, alcanzando un total de 858 kilómetros de cobertura.

Subestación Crespo, ubicada en un predio lindero a la Fábrica NutriLAR, sobre Ruta Nacional Nº 131


La firme convicción con que los protagonistas centrales de esta epopeya enfrentaron todas las dificultades que se le ponían en el camino fue un factor decisivo. Ellos palparon en forma visionaria la necesidad de esta herramienta en nuestros campos para impulsar el progreso y el bienestar de las familias ruralistas. El tiempo les dio la razón.
Señala el escritor Mario Wagner, “Con la llegada de la energía eléctrica, los jóvenes rurales, en lugar de emigrar hacia la ciudad, formaban sus familias y seguían radicados en sus lugares al disponer del confort y del alivio en las duras tareas que traía consigo el campo. El haber puesto en juego todo el patrimonio de la Cooperativa en este desafío bien valió la pena; se inició entonces un antes y un después para el hombre y la mujer de campo, potenciándose a gran escala el motor productivo de la región.

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